Su obligatoriedad depende de la Comunidad Autónoma en la que vivas. En la Comunidad de Madrid es obligatorio, y también lo es para todos los gatos que vayan a viajar fuera de España. Tiene el tamaño de un granito de arroz, y se introduce debajo de la piel del lado izquierdo del cuello mediante una aguja.
La colocación del microchip puede resultar dolorosa, por lo que recomendamos ponerlo aprovechando la sedación del gato durante algún procedimiento que haya que hacerle (esterilización, sacar sangre si el gato no se deja despierto...). Una vez colocado, no produce ninguna molestia. Por supuesto que hay gatos que se dejan ponerlo sin sedarlos (lo que no significa que no les duela), pero este episodio puede condicionar posteriormente una buena relación con nuestros pacientes.
El microchip se puede poner a cualquier edad, pero es una condición imprescindible para poder vacunar de Rabia (el microchip puede ponerse antes o el mismo día que la vacuna de Rabia).[/icon]
¿Qué ventajas tiene?
Al identificar a tu gato mediante el microchip, si se escapa o se pierde, será mucho más fácil que lo puedas encontrar, ya que su número de microchip tiene asociado tus datos (nombre y apellidos, teléfono y dirección) y los del gato (nombre, fecha de nacimiento, raza y sexo) en el RIAC (Registro e Identificación de Animales de Compañía).
¿Qué debo hacer si mi gato se pierde?
Llama urgentemente al RIAC para comunicar su pérdida (902 222 678), a nuestro centro veterinario y a todas las clínicas veterinarias que haya en la zona, de este modo podrás saber si alguien lo ha encontrado.
De todos modos, los gatos tienden a buscar un refugio en sitios cercanos a su casa, por lo tanto, intenta buscarlo por los alrededores (dentro del edificio de tu casa, debajo de los coches...).